Los turbocompresores aumentan la potencia de los motores a bajos consumos.

Turbocompresor: ¿Para qué sirve y cómo debo cuidarlo?

En la actualidad, cada vez más encontramos motores turboalimentados en los autos que se comercializan en el país. El turbocompresor es uno de los recursos más comunes utilizado por los fabricantes para aumentar la potencia de los motores con menor consumo y, así, lograr una mayor eficiencia de estos. Sin embargo, es bueno hacer notar que este elemento requiere ciertos cuidados especiales para mantener su durabilidad.

Debemos tener en cuenta que una rotura de turbocompresor normalmente causa daños en otros componentes del motor y, adicionalmente, no es una reparación de bajo costo.

¿Cómo debo cuidar el turbocompresor de mi vehículo?

Lo primero para mantener el cuidado del turbocompresor es asegurar una muy buena lubricación en él. Esto quiere decir que se debe utilizar siempre el aceite recomendado por el fabricante, asegurando así que este tiene la viscosidad necesaria y mantiene al turbocompresor en buen estado sin que este sufra desgaste prematuro. Si se tienen dudas sobre qué aceite utilizar, lo mejor es consultar en el concesionario oficial de la marca. Adicionalmente al tipo de aceite, es muy importante también cambiarlo en los periodos establecidos, sea en recorrido o en tiempo, pues luego de ello el aceite se degrada, perdiendo sus propiedades y causando daños en el turbocompresor y otros componentes por desgaste prematuro.

Un siguiente punto a tener en cuenta sobre el aceite es que este se consume normalmente con el funcionamiento del motor, sin que esto signifique que este tiene una falla. Por ello, se debe revisar con cierta frecuencia el nivel de aceite que se encuentra en él, asegurando siempre que se encuentra sobre la marca mínima y nunca sobre la máxima. De ser necesario rellenar aceite, se debe utilizar el aceite recomendado por el fabricante y no otro.

En los arranques en frío del motor, se debe tener en cuenta no acelerar al máximo exigiéndole al motor cargas altas cuando aún no se encuentra a temperatura de funcionamiento del aceite ni del refrigerante. Ello debido a que esta acción trae consigo el desgaste prematuro, acortando la vida del turbocompresor y del motor.

Al apagar el motor, se debe tener cuidado y lograr que el turbocompresor se enfríe un poco. Si es que se ha estado conduciendo manteniendo un nivel de alta exigencia en el turbocompresor, es recomendable mantener el auto en ralentí cerca de un minuto. Con ello se evita que el aceite que se queda en el turbocompresor al apagar se carbonice por la alta temperatura en él. En cambio, si se ha estado circulando con un manejo tranquilo, con unos segundos de enfriamiento bastará.

Finalmente, nos queda el que quizás sea el factor más importante a tener en cuenta para asegurar la alta duración del turbocompresor y del motor. Este es el asentamiento cuando estos elementos son nuevos. Para ello se debe realizar una conducción a bajas RPM, sin efectuar aceleraciones bruscas, permitiendo así, tanto a las partes móviles del turbocompresor como a las del motor, asentarse y tener luego una larga duración. Todos los manuales de usuario de los automóviles tienen las instrucciones y cuidados que se deben seguir para lograr un buen asentamiento de estos.

Como hemos visto antes, el turbocompresor es un gran aliado para lograr mayores potencias y menores consumos. Por ello, debemos tener el cuidado necesario para extender al máximo su duración.